La organización Minkai ayer celebró el egreso secundario de 15 de sus becados en el ámbito rural del municipio de Simoca. Cabe destacar que la educación rural en Argentina viene con un proceso de deterioro bastante acelerado, encontrándose hoy en situación de riesgo.
Entrevistada por Suena a Campo, la directora ejecutiva de Minkai, lic. en Sociología, Natalia Victoria Brutto, comentó: «el hecho de sostener la escolaridad es todo un desafío, y poder terminar, como es el caso de los 15 egresados es un enorme festejo«, y «un orgullo para todas las comunidades».
En palabras de la licenciada, «Minkai es una organización que se dedica a acompañar la escolaridad en comunidades rurales, especialmente en la provincia de Tucumán, en la zona de Simoca». Asimismo, indicó que actualmente se encuentran trabajando en cuatro comunas: «Ampata, Palomino, Niogasta del departamento de Simoca y Monte Grande, del departamento de Famaillá«. A su vez, «en Catamarca, trabajamos en la comunidad de Famatanca, Santa María«. «Acompañamos a más de 100 becados en escuelas secundarias, pero también en estudios superiores», dijo la directora. Además indicó que no sólo se los ayuda económicamente, sino también «acompañamos mediante un equipo que regularmente se reúne con los jóvenes y con las familias«.
Por otro lado, la directora de la asociación indicó que próximamente se llevará a cabo una campaña navideña «para que más gente se pueda sumar y conocer lo que hacemos«.
Cabe destacar que, para el ámbito rural, haber sorteado los obstáculos educativos en la pandemia no fue tarea fácil. En este sentido, Brutto comentó que aquí «no solo se vio afectada la presencialidad, sino también los hábitos educativos y las rutinas escolares. Ha sido un desafío muy grande«.
Educación rural en Argentina
Desde hace décadas la educación rural en Argentina viene deteriorándose a pasos agigantados. No solo por cuestiones estructurales, sino también por pertinencia de la currícula y adecuación de la misma al contexto y condiciones. Además, la condición geográfica significa un factor notable de desigualdad. Esto se traduce en una desventaja significativa para los y las estudiantes de zonas rurales.
Si bien el acceso a la educación es un derecho humano básico universal, en nuestro país a nivel secundario y de estudios superiores tiene una gran deficiencia sistémica que escala con el correr de los años. 7 de cada 10 de jóvenes entre 12 y 17 años interrumpieron su trayectoria educativa en el nivel primario: el 40,1% discontinuaron su escolaridad luego de finalizar la escuela primaria y el 31,1% lo hicieron dejando ese nivel inconcluso. Solo el 28,7% logró llegar al nivel secundario, según fuentes de Unicef.
«La educación rural en Argentina es muy diversa, sobre todo por las diferentes realidades en cada provincia y comunidad», dijo Brutto. Asimismo, explicó que en Tucumán, «los principales desafíos tienen que ver con las distancias a las escuelas y el esfuerzo que hay que hacer para llegar. También, las familias al ser muy humildes, no siempre tuvieron la posibilidad de estudiar porque tuvieron otra trayectoria de vida, como trabajar en las cosechas o en cría de animales. Entonces no siempre es consciente del valor de la educación«. No obstante, aclaró que «si se siente la transformación cultural, donde cada vez son más las familias que de a poco van impulsando a sus hijos a la educación«.
El propósito de Minkai
«El propósito de Minkai es que todos los jóvenes tengan un acceso equitativo a una educación de calidad, es lo que soñamos. Que el contexto donde nazcan o vivan no sea algo que determine su futuro«, manifestó la directora.
Consultada por si reciben aportes de otras entidades públicas o privadas, Brutto, indicó que la asociación Minkai, «trabaja con empresas que quieran sumarse a esta temática pero también con las personas que quieran sumar un granito de arena«.
Para conocer más sobre Minkai pueden ingresar a su página web o redes sociales. «Allí podrán encontrar, no sólo lo que hacemos, sino también los testimonios de los becados y las familias«, comentó.
Suena a Campo