Investigadores del laboratorio de separaciones químicas sustentables del INQUINOA perteneciente a CONICET desarrollaron un importantísimo proyecto a partir de los residuos de la caña de azúcar, crearon un sistema para potabilizar y desalinizar el agua.
Hipótesis
Uno de los investigadores del experimento, Dr. Adolfo Ávila, dijo para Suena a Campo que la hipótesis que dio origen a este estudio, fue la importancia del agua en el mundo. «Todos sabemos la importancia del agua como recurso vital para la sociedad”. Por lo tanto, es necesario proveer este recurso de forma segura para la industria y el medio ambiente. A su vez, existe una necesidad global de un uso racional del agua y la recuperación de la misma a partir de fuentes residuales asociadas a la actividad minera, agroindustria, y las actividades del gas y petróleo«. Y agregó: « Por otro lado, existe una enorme disponibilidad de residuos agrícolas de las actividades de la caña de azúcar, limón y soja. Entonces, la necesidad de recuperar agua y la disponibilidad de estos residuos motivó al desarrollo de filtros fabricados a partir de los residuos de materias primas».
Filtros creados a partir de los residuos de la caña de azúcar
Con respecto a los filtros, el Dr mencionó: «tienen características renovables y para el caso de los filtros hechos con los residuos de la caña de azúcar, son capaces de extraer agua con bajo contenido de salinidad a partir de aguas residuales con altos contenidos de sodio«.
Crearán un prototipo a mayor escala para seguir investigando
El Dr. Adolfo Ávila comentó que tienen el propósito de trabajar en un prototipo a mayor escala con el fin de encontrar el diseño más conveniente. Y que nos permita optimizar el consumo de energía y la producción de agua.
«Poder avanzar en esta área nos permitirá estimar con mayor claridad un diagrama de costos para este tipo de tecnología»
Así, este experimento demostró que se puede producir agua a partir de fuentes residuales y con fuerte salinidad para utilizarla para el riego, por ejemplo. También, «se podría recuperar el agua residual que deja la actividad minera, petrolera, agroindustrial y plantas generadoras de energía eléctrica«.
Este novedoso proyecto, si bien fue desarrollado por el laboratorio INQUINOA, colaboraron también otras entidades como “la facultad de ciencias exactas de la UNT, el laboratorio de física Del Sol de la facultad. Como así también, el grupo de investigación de la doctora Roxana Madrid y la Estación Experimental», comentó Ávila.
Suena a Campo