La caña de azúcar se encuentra en plena época de cosecha en un contexto difícil para la provincia de Tucumán.
«A mediados de mayo arrancó a pleno todo el movimiento de la zafra cañera en Tucumán. Aunque, con problemas en su ritmo asociados a los conflictos por la falta de gasoil», dijo para Suena a Campo, el doctor Eduardo Romero, coordinador del subprograma agronomía de la Caña de azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC).
Siguiendo esta línea, Romero declaró que «es el problema más serio, que más preocupa y demora el ritmo de la molienda«. A su vez, señaló que este escenario de desabastecimiento de gasoil afecta a los costos, transporte y logística; no solo de la caña de azúcar, sino del limón también.
Consultado por los números aproximados de molienda que se prevé para esta campaña, Romero comentó que los datos se informaron oficialmente en el día de ayer, de acuerdo a un trabajo realizado por el grupo de sensores remotos de la EEAOC. La estimación indica un número de 14.880.000 toneladas de caña bruta; y esto representa 13.500.000 toneladas de caña neta disponible.
Asimismo, «hasta el día de hoy, se va moliendo un 14% de ese volúmen total estimado«, precisó Romero.
En cuanto a las condiciones agroclimáticas para la presente zafra, el doctor explicó que desde el punto de vista de la maduración «en general, son bastantes buenas. Lo cual permitió un buen nivel madurativo y con un avance interesante; no el óptimo, pero sí mejor que el año pasado«. Sin embargo, remarcó el peligro de heladas que podrían suceder durante junio, según el pronóstico meteorológico. «Esperemos que esto no ocurra para que los cañaverales sigan evolucionando y concentrando los jugos. Y de esta manera, recuperar la máxima cantidad de azúcar y alcohol posible. Con lo cual, ayudaría a mitigar las pérdidas de materia prima que causó la sequía y las altas temperaturas«, expresó.
Por otro lado, Romero brindó su visión sobre el crecimiento de la actividad cañera en la provincia: «Es un año difícil para hablar del tema. Es muy complejo y donde existen pocas expectativas y preocupación. Sin embargo, los técnicos esperamos que sí, en la medida que se corrijan ciertos aspectos asociados al precio de los productos; disponibilidad de combustible; y ordenamientos en las políticas azucareras que permitan avanzar y expandirse. Sobre todo pensando en un aprovechamiento máximo del azúcar y biocombustible. Es ahí donde radican las expectativas de crecimiento. Para eso, hay que trabajar primero en solucionar los problemas básicos y coyunturales -como el abastecimiento de gasoil-, para poder pensar en un futuro; y que todos deseamos que sea optimista y crecimiento«, finalizó.