Días atrás, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) declaró la emergencia fitosanitaria en la provincia de Río Negro, tras capturar múltiples ejemplares de la mosca de los frutos, una de las peores plagas que amenaza a la producción frutihortícola del país. Ante el posible daño económico que este insecto puede causar, es necesario conocer sus características y cómo combatirlo.
A pesar de que hay más de 4000 especies que entran en la denominación de “moscas de la fruta” –las cuales están distribuidas en todo el mundo- sólo 70 son consideradas “importantes plagas de la fruticultura”, según advirtió un informe de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe). Asimismo, se observó que estos insectos son considerados “plagas cuarentenarias” y su presencia se encuentra bajo control oficial.
En Argentina hay dos especies que ponen en peligro la producción. Se trata de la mosca de los frutos del mediterráneo, cuyo nombre científico es “Ceratitis capitata”; y de la mosca de los frutos sudamericana, también conocida como “Anastrepha fraterculus”.
La mosca de los frutos del mediterráneo es la que mayor distribución tiene dentro de nuestro país y su presencia en los cultivos es sinónimo de pérdida productiva y económica. Este insecto es capaz de adaptarse a diferentes ambientes y puede afectar a más de 350 especies de frutas y hortalizas, lo que la convierte en un ser vivo potencialmente dañino para la plantaciones.
La presencia de moscas de los frutos en los cultivos generan pérdidas directas en la producción, porque echan a perder o disminuyen la calidad de los frutos infectados. Asimismo, cuando se detecta la presencia de esta plaga los productores se ven impedidos de comercializar sus productos, al tiempo que deben aplicar costosos tratamientos de curación.
Por otro lado, se advirtió que estas moscas también afectan a las plantas domésticas, que los ciudadanos suelen tener en los patios de sus casas. Por este motivo, se pidió colaboración a la población para radicar su presencia.
Además, se sugirió implementar un sistema de “trampeo masivo”. La mezcla de proteínas –como la melaza- es útil para atraer y capturar ejemplares adultos de las moscas de los frutos, y es un sistema apto para implementar en patios y jardines de áreas urbanas.
En materia de control químico, se aconsejó utilizar un “insecticida de cebo”, que puede utilizarse tanto en zonas urbanas como rurales. Finalmente, y adentrándose en aspectos más técnicos, se pueden liberar, a gran escala, machos de mosca estériles, para que los mismos no dejen descendencia e interrumpir la proliferación de la especie.
“Un manejo adecuado, eficiente y completo consiste en combinar técnicas de control. Si estás en zona urbana, lo más recomendable es que realices controles por trampeos masivos, recolectes y elimines toda la fruta picada a fin de evitar la propagación de la plaga en tu jardín o quinta. En caso de utilizar una herramienta de control química, es imprescindible contar con el asesoramiento de un profesional de la agronomía”, concluyeron desde la Casafe.
Fuente: News Agrofy